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viernes, 30 de enero de 2015

La Tejedora y el Herrero

20 cosechas há que sucedió el encuentro.
Encontrábase ella, la tejedora, acompañando una prima,
haciendo la gracia de esperar a cierto su pretendido
en la posada de la aldea.
Pasando las horas  y, viendo que allí nada se prometía,
miró ella (la tajedora) hacia el portal, como preguntándole al cielo
cuándo estaría de Dios que aquella escena terminara.
En esto entró por la puerta un guerrero,
un ángel de cabellos claros.
Un apuesto caballero que no era tal sino el herrero.
Acercóse él al tumulto por ver qué se tramaba y,
al rato, viendo que nada se cocía ni rumiaba
informó a la reunión de que se iba.
¿Igual alguna de las almas presentes acompañarle quería
en su humilde carromato al mercado, en busca de mercancías?
Y ella, la tejedora, convencida ya de que le quería
con la cara carmesí
haciendo señas a la prima...pensó: ¡Dí que sí!
Allá se fueron las dos con el herrero. Sabed que aquello fué sólo el principio

Desde ese día en la posada caminan juntos: el hierro y la lana
el yunque y la rueca, la flor y la espada.
¡Bendito aquel encuentro certero! donde se miraron y se unieron...
la Tejedora, y el Herrero.

De la prima y el pretendido ya nada se cuenta
mas, yo se que él era muy rápido y ella...
demasiado lenta.









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